sábado, 28 de septiembre de 2013

DEDICADO PARA TODODAS LAS MADRES QUE YA ESTAN EN EL MUNDO DE LA LUZ



  • Cuando nos falta una madre, nos falta el manual de la vida para vivirla
  • Si quieres saber que significa el verdadero amor… pregúntale a quien te dio el ser por amor… tu Madre!
  • Mi madre me ha dejado tan solo y desamparado en el mundo, apenas puedo ser capaz de distinguir la vida…
  • Madre por qué partiste tan pronto… por qué no tengo las alas para alcanzarte…
  • Madre mía, madre que partiste al infinito, tan huérfano estoy, tan solo me siento, nunca cortaron nuestro cordón umbilical…
  • Cuando una madre se marcha al cielo, solo cabe el recordar ese amor sublime que nos dio y tratar de amar de la misma manera…
  • Se encuentra dormida.

    Nos queda el recuerdo de lo que era ella.

    Al irse la madre, se acaba la vida,

    Pero entre las nubes se mece una estrella.

    Estrella lejana que en el firmamento

    Como una gotita de luz apareces:

    ¿Eres el espíritu de la madre ausente

    Que nos mira a veces

    Y que desde lejos nos besa en la frente?...


    Rosal que sembraron sus manos benditas

    Y sigues y sigues produciendo flores:

    En mi alma, si nacen, ya nacen marchitas,

    Porque en sus raíces están los dolores.


    Preso pobre y triste que en tu celda lloras

    Tu arrogante y noble libertad cautiva,

    Mira: tras la reja te ven dos auroras.

    ¡Son los ojos dulces de tu madre viva!


    Enfermo que sufres con grandes quebrantos

    Y ves extenderse las llanuras yermas:

    ¿Al pie de tu lecho no escuchas los cantos?

    ¡Tu madre te arrulla para que te duermas!


    Feliz el que lleva sobre el corazón

    Un clavel purpúreo como una ilusión!

    ¿Que ilusión mas grande, qué ilusión más bella

    Que tener al lado la mística estrella

    De la madre viva?... ¿Que placer más hondo

    Que asomarse al lago y ver en su fondo,

    Como en el tranquilo cristal de un espejo,

    Y ser para todos un hombre ya viejo

    Pero para ella no ser si no un niño?


    Era un hombre joven, de esbelta apostura;

    Rico y poderoso, gentil y galante;

    Miraba a sus plantas el mundo, triunfante:

    Una hada le trajo la buena ventura,

    Mas vino la guerra, se fue a las trincheras;

    Las balas y obuses le hicieron pedazos;

    Sin ojos, sin piernas,ardido,sin brazos,

    Fue un monstruo muy digno de echarlo a las fieras.


    Regresó a su casa y todos le huyeron:

    La esposa, los hijos...Trémulo de hastío,

    Iba ya a arrojarse sobre las baldosas,

    Cuando oyó una frase de amor:

    ¡Hijo mío!...

    Y en el alma muerta florecieron rosas,

    ¡Y hasta el árbol seco descendió el roció....!

No hay comentarios:

Publicar un comentario