El Clavel: en antaño se usaba “agua de clavel” como colirio para el lavado de ojos cansados o dañados.
La Violeta: Su esencia o aceite estimula la circulación sanguínea.
El Narciso: Su esencia o aceite alivia la tos y la fiebre intermitente.
La Margarita: Su esencia se suele utilizar para estimular el apetito y para purificar la sangre. También, se atribuyen a esta flor propiedades digestivas, puesto que combate algunos pequeños parásitos que se alojan en el intestino, y permite depurar el hígado, los riñones, además es diurética y laxante.
La Azucena: Su aceite o infusión curan desgarros y contusiones. Es infalible contra los abscesos, panadizos, furúnculos y espinillas.
La Rosa: Su aceite o infusión rejuvenecen la piel. los pétalos son astringentes y antisépticos.
La Amapola: Su aceite es utilizado como sedantes para tratar casos de nerviosismo, además es ideal para el tratamiento de la ansiedad. Asimismo se le atribuyen propiedades antiespasmódicas.
La caléndula: Es muy utilizada para cicatrizar heridas, curar úlceras, llagas, como antiséptico y antiinflamatorio y para las mucosas con procesos infecciosos.
El Crisantemo: Su aceite o infusión se usa para recuperarse de la gripe. También, resulta interesante no sólo a la hora de combatir los dolores de cabeza causados por episodios de migraña, sino que ayuda a combatir los vértigos
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